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April 03, 2006

Grietas (no Gretas) - Mario Benedetti

La verdad es que
grietas
no faltan

así al pasar recuerdo
las que separan a zurdos y diestros
a pequineses y moscovitas
a présbites y miopes
a gendarmes y prostitutas
a optimistas y abstemios
a sacerdortes y aduaneros
a exorcistas y maricones
a baratos e insobornables
a hijos pródigos y detectives
a borges y sábato
a mayúsculas y minúsculas
a pirotécnicos y bomberos
a mujeres y feministas
a aquarianos y taurinos
a profilácticos y revolucionarios
a vírgenes e impotentes
a agnósticos y monaguillos
a inmortales y suicidas
a franceses y no franceses

a corto o a larguísimo plazo
todas son sin embargo
remediables

hay una sola grieta
decididamente profunda
y es la que media entre la maravilla del hombre
y los desmaravilladores

aún es posible saltar de uno a otro borde
pero cuidado
aquí estamos todos
ustedes y nosotros
para ahondarla

señoras y señores
a elegir
a elegir de qué lado
ponen el pie.

-***-

No sé si la primera vez que lei este poema lo entendí como lo entiendo ahora. Pero, como con todo, a medida que uno experimenta cosas, esas cosas le van dando forma a lo que pensamos y lo que vemos, algo así como un lente cuyo tinte se va aclarando (u opacando, si uno se está volviendo bruto) para permitirnos captar cada vez más luz. Cada vez más información entra al ojo o, en el caso en cuestión, al alma.

Muchos de los poemas de Benedetti son armados con palabras bien simples, o tal vez lo son los conceptos. No es poesía destinada exclusivamente para gente que usa anteojos. Cualquiera la puede acoger. Esta me gusta mucho ahora por lo atinada, a pesar de que fue escrita hace un buen par de décadas. Es que algunas cosas deberían ser blanco o negro, para elegir de qué lado ponemos el pie, no? Llegamos al punto en que ya ser bueno o malo da lo mismo, los límites entre lo que representa ser una cosa, a diferencia de una otra, se han borrado. Lástima.

Entonces por eso atina al describir (más que solo nombrar) con algo de humor, pero a la vez de manera afilada, las supuestas diferencias que hay entre nosotros. Concuerdo en que son, sin embargo, diferencias remediables, pero no lo es el evidente y decadente desprestigio a la "maravilla del hombre", por supuesto, a causa de los "desmaravilladores".

Yo sigo estando maravillada por el hombre, a pesar de las desmaravillas que perpreta. Yo sigo siendo capaz de enamorarme una vez que valga por todas, sin mirar atrás ni que me preocupe tanto el futuro. La maravilla la hago como quien juega con masilla, miren a Pablo, miren a Diego. La maravilla anda entre nosotros como un extraterrestre, pero este es un mito que ha perdido credibilidad. Así es que, a ver,

..."señoras y señores
a elegir
a elegir de qué lado
ponen el pie."

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