Learn More
May 04, 2006
Lo más cercano a congelar un momento en el tiempo
Casi no puedo esperar a tener otra vez mi cámara. Mi extensión de la mano, mis ojos, mi memoria.
Cayeron en mis manos unas fotos viejas, de esas que miras una vez y luego miras hacia arriba y recuerdas cosas. Te quedas pensando en la manera en que reía la gente que estaba ahí contigo, en tus manos húmedas de agua salada, en el sol cómo calentaba. Y cuando vuelves a bajar la mirada es como si el momento hubiese ocurrido de nuevo, en un pedazo de papel has logrado hacer lo más cercano a congelar un momento en el tiempo.
Nunca he pensado en cómo sería mi vida sin las fotografías. Desde que tengo memoria ahí están mis fotos de niña en el pasillo, las historias de mi papá que, cuando joven, muchas veces se perdió la cena por estar metido (o tal vez refugiado) en su cuarto oscuro, comprobando cómo su ojo y su lente habían captado lo que más nadie había captado.
Es esa intimidad y esa universalidad que tienen las fotografías lo que te prende de olores y recuerdos ajenos al momento. Saltan a tus ojos y entran directo al alma aunque no sean recuerdos tuyos, porque están ahí para que quien los quiera los tome.
Por eso, cuando por fin tenga mi cámara, voy a andar de nuevo, mochila al hombro, recorriendo mundos y congelando, en un pedazo de papel, momentos en el tiempo.
Labels:
ESPAÑOL
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment