Tomorrow, on an otherwise regular Saturday night, a small, strange yet extremely popular place called La Casona will come to the rescue with jazz. Check out the flyer!

Nothing like a little Miles Davis to get you started...
Ahh… mi querido Panamá.
Pues un tal David Carles, a quien aparentemente llaman el Pequeño Fonk, se atrevió a tomar la foto que aparece abajo de la Bahía de Panamá no exactamente en todo su esplendor. Además pasó el dato a los amigos del diario La Prensa (quienes no perdieron tiempo publicando esta nota al respecto).
Es esta misma bahía la que recientemente hizo noticias por los avances de los planes de saneamiento que se han enganchado al motor del turismo, a ver si logran arrancar de una vez por todas. Es esta bahía por donde pasan muchísimos turistas camino al interior del país, sin mencionar miles de panameños camino a su trabajo. Y finalmente, es la bahía donde no miles, sino millones de aves migratorias hacen una parada estratégica antes de seguir hacia su destino.
Estas son las cosas que me hacen preguntarme, ¿Será que somos brutos o nos hacemos? ¿Dónde estaban los panameños durante la repartición de sentido común? ¿Estaremos satisfechos cuando finalmente hayamos dañado todo lo hermoso que tiene este pequeño territorio? Son solamente 78,000km2 y vamos a toda máquina tratando de destruir las cosas que nos hacen infinitamente afortunados en comparación con el resto del mundo. Inconcebible, sin embargo cierto.
Antes de desalentar a cualquier potencial visitante: queda mucho por cuidar (o por destruir, dependiendo de qué lado de la raya estén). Panamá sigue guardando miles de tesoros y lugares y gente por descubrir. No sé ustedes, pero tengo una preocupación que es como una espina en mi costado. Por mucho que trate de celebrar lo colorido de nuestra cultura, hay cosas que me empujan, por ejemplo, a criar a mis hijos para que sean la antítesis del panameño promedio. Tal vez no sea una activista de Greenpeace (alguna vez lo pensé) o ninguna Rosa Parks, pero ahora que tengo hijos, el rol viene con un deber ineludible de contribuir a cuidar el lugar donde vivo y que el impacto perdure. Entonces me salgo del camino para enseñarles SENTIDO COMÚN, lo menos común que existe en la vida, porque siempre se regresa a la cuestión, como decía Benedetti en su poema Grietas, de ver de qué lado de la raya ponemos el pie. Si no han decidido, están tarde.
Para cerrar, algo para hacernos sonreir: una foto del bebé más hermoso del mundo!!!!
Our baby has arrived! And it’s a…
Canon Powershot S2 IS!!!
We recently, and after much anticipation, ordered our new digital camera, one that would truly satisfy our thirst and provide endless hours of pure entertainment. Let me tell you, this is one mighty gadget! I’m barely scratching the surface of what it can do, specially since the last camera I had of this kind was a 20-year-old Pentax Asahi Spotmatic I inherited from my father as a very special gift, tripod and lenses included.
Well technology has caught up with me, my friends. So expect the unexpected!
For those of you who know me well, I don’t have to remind you that whenever I’ve had a camera in my power, I’ve pretty much become a stalker. Stalked my kids, stalked Gustavo, stalked my friends, family, inanimate objects, you name it.
It is a source of genuine joy just knowing that we'll be able to have beautiful memories of everything we do, like in the good old days (plus, we'll be able to take millions of pictures of our trip to my brother's wedding in France!)