supongo que habrá un poco de todo. han sido tiempos difíciles, la verdad.
a veces no sé si todo es cuestión de mi percepción de las cosas, la gente, el tráfico, los sonidos, en fin, todo. pero siento que no me puedo dar el lujo de absorber solo lo que está en la superficie. de repente se me viene todo encima y muchas veces es demasiado, sin embargo así lo prefiero.
ahora mismo estoy por dar a luz a diego, mi segundo hijo. falta poco más de un mes. hay tanto que decir sobre esta experiencia. hay tantos antecedentes a esta historia.
por ahora: hoy empezó siendo uno de esos días de echarse a morir, de sufrir desconsoladamente y verlo todo negro. sin embargo, terminó siendo un muy buen día (cuán contrastante puede ser mi vida a veces...). mi amiga michele y yo, por milésima vez, discutimos, analizamos y disectamos todo el rollo de porqué andamos como andamos por nuestras vidas. al final, después de los helados para mí y los cigarrillos para ella, la pelea con la bendita lluvia que no me dejaba ver claramente lo que había al otro lado del parabrisa durante la mitad del camino (y resultó que, aunque no fuimos muy lejos, recorrimos un largo camino) y las quejas de siempre, nos dispusimos a dejarlo ir, por lo menos de la boca para afuera: la solución a la situación es un cambio total de enfoque de nuestras energías, es aprender a consentirnos y volcarnos sobre nosotras mismas en vez de esperar que alguien más nos de esa clase de felicidad y satisfacción. creo que eso lo resume bien. creo que nos servirá bien.
por mi parte, he decidido darle una forma más organizada y mejor estructurada dentro de mi vida a todos los proyectos que he tenido flotando en la cabeza desde siempre: la música, la pintura, el café, escribir, correr, meterme al mar en mi bikini y mi panza enorme. desde lo grueso hasta lo pequeño. desde lo sublime hasta lo descomunal. pretendo hacerme feliz.